Francia, abriendo oportunidades de negocio en Europa y más allá

La economía francesa ha mostrado resiliencia, aunque con un crecimiento moderado en los últimos años. Según proyecciones de marzo de 2025, se espera que el crecimiento del PIB sea del 0.7% en 2025, ligeramente inferior al 1.1% estimado para 2024⁽¹⁾. La inflación ha disminuido significativamente, proyectándose en 1.3% para 2025, por debajo del 2.3% de 2024⁽¹⁾. Se prevé que la inflación subyacente (excluyendo energía y alimentos) también disminuya al 1.8% en 2025⁽¹⁾. El desempleo se estima que alcance un promedio anual del 7.8% en 2025 y 2026, antes de disminuir en 2027⁽¹⁾.

El clima empresarial, si bien ha mostrado cierta volatilidad, se mantiene cerca de su promedio a largo plazo⁽²⁾. La inversión extranjera directa (IED) sigue viendo a Francia como un destino atractivo en Europa, siendo considerado el país más atractivo en Europa en términos de proyectos de IED por sexto año consecutivo en 2024 según la consultoría EY⁽³⁾.

La infraestructura de transporte de Francia es una de las más desarrolladas de Europa. La red ferroviaria de alta velocidad (TGV) conecta las principales ciudades del país y facilita el acceso a mercados clave en Europa. Además, los puertos marítimos y aeropuertos franceses ofrecen conexiones eficientes para el comercio internacional.

El gobierno francés ha implementado reformas estructurales para mejorar la competitividad y fomentar la innovación. Estas incluyen la reducción de impuestos corporativos, la simplificación de regulaciones y el apoyo a la digitalización de las empresas⁽⁴⁾.

La ubicación geográfica ha sido un elemento importante para el desarrollo de las empresas, ya que Francia se encuentra en la encrucijada de Europa, uniendo el Norte con el Sur, mientras que sus vínculos políticos y culturales con África y las naciones árabes ofrecen oportunidades comerciales para un crecimiento más allá de Europa⁽⁵⁾.

Francia es reconocida por su liderazgo en sectores como la aeronáutica, la automotriz, la agroindustria y la moda. En 2024, las exportaciones francesas alcanzaron los 560 mil millones de euros, con Alemania, Estados Unidos y España como principales destinos. Los productos más exportados incluyen aeronaves, vinos y licores, productos farmacéuticos y cosméticos⁽⁶⁾.

El sector vitivinícola francés continúa siendo un pilar del comercio exterior. En 2024, las exportaciones de vinos y licores a Estados Unidos aumentaron un 5%, alcanzando los 3.8 mil millones de euros⁽⁷⁾. Este crecimiento se vio respaldado por un esquema de apoyo temporal aprobado por la Unión Europea.

A diferencia de otros países europeos, la creación de una empresa en Francia es más simple, ya que el tiempo necesario se ha reducido de cuatro a tres días y medio. Los costos también son significativamente bajos en comparación con la media de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), con sólo el 0.7 por ciento de la renta per cápita, según el Banco Mundial⁽⁸⁾.

Si bien Francia ofrece un entorno atractivo para los negocios, las empresas extranjeras deben tener en cuenta algunos factores antes de instalarse en el país.

Uno de los primeros aspectos a considerar es la autorización gubernamental para inversiones en sectores estratégicos. Las inversiones extranjeras están sujetas a revisión si se dirigen a industrias consideradas de interés nacional, como las infraestructuras energéticas, redes de transporte, suministro público de agua, telecomunicaciones, salud pública o instalaciones críticas para la seguridad naciona^l(9).

Por otro lado, los permisos de construcción pueden representar un reto en términos de tiempo y trámites administrativos. Obtener todas las aprobaciones necesarias —incluyendo el certificado de urbanismo, el permiso de construcción y el certificado de conformidad— puede tomar en promedio 184 días⁽⁹⁾.

En materia laboral, si bien la fuerza laboral francesa se distingue por su alto nivel de educación, persisten desafíos en la adecuación de habilidades a los empleos del futuro. Para las empresas, esto significa que, aunque encontrar talento calificado es factible, puede ser necesario invertir en formación adicional para cubrir ciertas especialidades técnicas o digitales⁽⁹⁾.

Otro factor importante es la cultura de la huelga. En Francia, el derecho a la huelga es ampliamente aceptado y protegido. De hecho, el país se posiciona como el segundo de Europa en número de días laborales perdidos por huelgas, con un promedio de 127 días al año en las últimas dos décadas⁽⁹⁾.

Finalmente, en el aspecto migratorio, los ciudadanos de la UE no necesitan un permiso de trabajo, pero aquellos provenientes de fuera del Espacio Económico Europeo, como México o Estados Unidos, deben tramitar un permiso de trabajo y residencia⁽⁹⁾.

Ofrecemos una gama completa de servicios financieros, incluyendo financiamiento comercial, gestión de tesorería y asesoramiento en inversiones. Nuestro conocimiento profundo del mercado local y nuestra experiencia internacional nos permiten brindar soluciones adaptadas a las necesidades específicas de tu empresa.

Contacta a tu ejecutivo de cuenta para explorar cómo podemos ayudarte a aprovechar las oportunidades que Francia ofrece en el panorama económico actual.

En HSBC somos expertos globales.