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Reducción de emisiones, nuevas oportunidades

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Las empresas del sector energético reconocen que deben jugar un papel importante en la transición energética global y consideran que la meta de alcanzar cero emisiones netas constituye una parte fundamental de su propio crecimiento.

Este año, la transición energética se ha convertido en el centro de atención alrededor del mundo, puesto que los países y empresas están inmersos en enfrentar el alza en los precios de la energía. Al mismo tiempo en que los países y las empresas ven la forma de garantizar su suministro energético, aumenta el impacto del cambio y surgen tecnologías nuevas.

Para comprender cómo responden las empresas del sector energético a estas presiones que parecieran contradictorias, HSBC colaboró con Kantar para preguntar a 300 empresas de energía en más de 15 países cómo están abordando la transición y en qué fase de su trayectoria hacia las cero emisiones netas están.

La encuesta representa el lanzamiento de nuestro nuevo programa Transición a un futuro cero emisiones netas de HSBC que analiza la descarbonización de industrias ‘difíciles de controlar’ e intensivas en carbono.

Este programa se basa en los planes científicos elaborados por la Agencia Internacional de Energía (International Energy Agency), la Comisión de Transiciones Energéticas (Energy Transitions Commission) y otras, junto con la perspectiva de expertos de la industria, nuestros líderes de opinión en HSBC y ejemplos del mundo real de iniciativas de bajo carbono.

Los planes para la transición se están convirtiendo en la nueva normalidad y, en un número cada vez mayor de mercados, en un requisito regulatorio y de difusión tanto para empresas como para instituciones financieras. Los planes para la transición incluyen acciones y medidas prácticas para alcanzar los objetivos; además, muestran a los reguladores, financieros, inversionistas y clientes la forma en que una empresa intenta alcanzar las cero emisiones netas, a menudo para el 2050, a todo lo ancho de sus operaciones y cadenas de valor.

Un nuevo equilibrio para el suministro de energía

Como ya hemos dicho, se requiere tiempo para llevar a cabo la transición energética. En un análisis reciente de Bloomberg NEF sobre diversos escenarios, vemos que la inversión total en el suministro de energía para todas las tecnologías varía entre 40.2 y 114.4 billones de dólares para 2050. El gasto en el suministro de combustibles fósiles se reduce sustancialmente para 2050, y el carbono alcanza valores cercanos a cero después del 2030. Para el periodo 2016-2020, la relación de la inversión en bajo carbono a combustibles fósiles fue de 0.7:1 y en 2022 fue de 0.9:1.

A lo largo de la próxima década, se espera que estos valores cambien de forma significativa conforme las economías tiendan a reducir las emisiones de carbono y a encontrar un nuevo equilibrio para sus suministros de energía. El análisis de Bloomberg NEF indica que para estar en buen camino para alcanzar las cero emisiones netas, la relación de la inversión en esta década debe acercarse aproximadamente al 4:1 en promedio. Esto significa que por cada dólar invertido en el suministro de energía proveniente de combustibles fósiles, se deben invertir cuatro en el suministro de energía de bajo carbono. Adicionalmente, después del 2030, la relación de la inversión en el suministro de energía de bajo carbono a energía de combustibles fósiles debe aumentar a 6:1 para el periodo entre 2031 y 2040 y a 10:1 para el periodo entre 2041 a 2050.

Imperativo comercial

Los resultados de la encuesta indican que las empresas de energía ven a la transición como algo beneficioso en términos económicos y consideran que el impulso hacia las cero emisiones netas está ganando velocidad. Casi todos los encuestados (95%) consideran que el objetivo de cero emisiones netas contribuye de forma significativa al crecimiento económico, y un número similar (88%) opina que la transición es una de sus tres principales prioridades empresariales. Dadas las demandas del mercado y los resultados comerciales, el lograr cero emisiones netas es la principal prioridad empresarial para más de la mitad de las empresas que cotizan en Bolsa. Sin embargo, la presión también viene de dentro: las empresas de energía señalan que sus empleados son un mayor impulsor de sus planes de cero emisiones netas que sus clientes o que los grupos de interés externos. Con esto se da validez al perfil de gente que necesitan atraer y retener para dar rienda suelta a la implementación.

95% de los encuestados consideran que el objetivo de cero emisiones netas contribuye de forma significativa al crecimiento económico y 88% opina que la transición es una de sus tres prioridades empresariales principales.

Combustibles y fricciones macroeconómicas

Más allá de la oportunidad empresarial, hay una serie de externalidades que aceleran la transición. Aunque existe la inquietud de que la reciente crisis energética y los esfuerzos realizados por los países para mejorar su independencia energética retrasarían la transición a fuentes renovables, más de la mitad (52%) de las empresas encuestadas señalan que son las consideraciones relacionadas con la seguridad energética las que realmente están acelerando la transición.

Aunque los eventos recientes han provocado que se atienda la seguridad energética de manera inmediata, un muy alto porcentaje de empresas considera a los eventos macroeconómicos como la fuerza que impulsa la transición y al ideal de cero emisiones netas como un imperativo comercial. Es evidente que existe la oportunidad para que este grupo de empresas utilice el elevado precio actual de los insumos y la agenda de seguridad para invertir en iniciativas de bajo carbono que se convertirán en una fuente importante de crecimiento futuro.

Otros aceleradores fundamentales son la disponibilidad tecnológica, los requisitos del mercado y de los inversionistas y la reputación.

52% de las empresas de energía señalan que las consideraciones de seguridad energética están acelerando su propia transición. Otros aceleradores cruciales son la disponibilidad tecnológica, las demandas del mercado y de los inversionistas y la reputación.

Impacto en el sector

Las empresas de energía reconocen la importancia del papel que su industria debe jugar en la transición energética y tres cuartas partes consideran que su industria hace una mayor contribución a la transición global que otros sectores. Se toman muy en serio su papel: una mayoría significativa (84%) de las empresas de energía señalan que cuentan con un plan de reporte específico y que dan información periódica acerca de su progreso. Un número similar de empresas considera que la industria en sentido más amplio cuenta con un plan para alcanzar las cero emisiones netas.

Sin embargo, existe cierta preocupación de que los planes no sean los suficientemente ambiciosos. La opinión se divide entre quienes consideran que la industria cuenta con un plan perfectamente definido para la transición hacia cero emisiones netas (42%) y quienes consideran que solo están bien definidos los pasos a corto plazo (41%).

Dinero para el cambio

No cabe duda de que las empresas de energía están invirtiendo en la transición. Casi una tercera parte (31%) actualmente invierten más del 10% de su Capex en alcanzar cero emisiones netas, y aproximadamente la mitad (49%) piensan hacerlo en los próximos dos a tres años. En el sector de petróleo y gas, un grupo pequeño (8%) va incluso más allá y ha invertido 25% de su Capex actual en iniciativas de cero emisiones netas: 20% de todas las empresas de petróleo y gas encuestadas esperan alcanzar ese nivel en los próximos dos a tres años.

Seb Henbest, Director del Grupo de Transición Climática de HSBC, se muestra optimista con respecto a las inversiones de las empresas para la descarbonización.

“Actualmente, podemos ver que una cantidad importante de capital se está destinando a iniciativas de transición y es innegable que esa es la tendencia generalizada”, dijo. “Estamos preparados para ver un aumento significativo en el capital destinado a los objetivos de cero emisiones netas en los próximos dos a tres años, lo cual es esperanzador, ya que sugiere que las empresas no solo hablan sobre el clima, sino que están empezando a implementar realmente sus planes de transición y a invertir cantidades de dinero cada vez mayores en sus soluciones”.

Casi una tercera parte de las empresas de energía (31%) ya están invirtiendo más del 10% de su Capex con el objetivo de alcanzar cero emisiones netas, y aproximadamente la mitad (49%) piensan hacerlo en los próximos dos a tres años.

La energía renovable, las evaluaciones del ciclo de vida de las empresas y la electrificación del transporte son las principales prioridades de la asignación actual de Capex de las empresas de energía. Casi cuatro de cada diez de las grandes empresas de petróleo y gas están invirtiendo en renovables, pero las empresas de más reciente creación son menos propensas a hacerlo, en parte debido a que este tipo de empresas tienen menos portafolios heredados que requieran ser diversificados. En cambio, están más enfocadas en la movilidad eléctrica y en impulsar la reducción de emisiones mediante sus propias operaciones.

Objetivos de reducción

Esa ambigüedad no se da con respecto a la necesidad de contar con objetivos de emisiones más ambiciosos. Mientras que la mitad de las empresas de energía cuentan con objetivos de cero emisiones netas para el alcance 1 y 2 (emisiones directas, como las procedentes de la generación de energía), solo 17% han hecho lo mismo para el alcance 3 (emisiones indirectas, como las del consumo de combustible).

Las emisiones de alcance 3 presentan un reto especial para las empresas de petróleo y gas, y la información lo respalda: solo 14% cuentan con un objetivo de cero emisiones netas para sus emisiones indirectas.

50% de las empresas de energía ya cuentan con objetivos de cero emisiones netas para las emisiones de alcance 1 y 2, comparado con el 17% para el alcance 3.

Las inversiones en energías renovables encabezan la lista de actividades para reducir las emisiones de alcance 1 y 2, seguidas de inversiones en procesos sustentables.

Las grandes empresas de energía realizan una serie de actividades, en particular la actualización y modernización de las redes eléctricas (40%) e inversiones en la captura de carbono (33%). Por su parte, las grandes empresas de petróleo y gas actualmente invierten en fuentes de energía renovables (33%), un mayor empleo de métodos sustentables de construcción e implementación (31%) y en compensaciones de carbono (25%).

Para las emisiones de alcance 3, que son más complejas, las empresas de energía realizan una serie de estrategias para apoyar la reducción. Las empresas más grandes, que normalmente son aquellas que ejercen una mayor influencia sobre la cadena de suministro, consideran que las estrategias de precios, la asignación de capitales y las políticas de adquisiciones son las herramientas más efectivas. Dado que las emisiones de alcance 3 equivalen a la mayor parte de la huella de carbono del sector de petróleo y gas, es probable que estas acciones tengan implicaciones considerables para las empresas de menor tamaño conforme se acelere el impulso hacia las cero emisiones netas.

“La trayectoria hacia las cero emisiones netas del sector de energía requerirá de una transformación fundamental a todo lo ancho del sistema que tendrá repercusiones sobre todos los componentes de la cadena de valor. Las emisiones de alcance 3 presentan un reto especial para el sector de energía, y es de esperar que las empresas y consumidores intensifiquen su atención en esta área en el futuro”.

Natalie Blyth | Directora Global de Sustentabilidad en Banca Comercial, HSBC

Añade: “Me hace mucha ilusión que tengamos la oportunidad de dar nuestro apoyo a las empresas y cadena de suministro de hoy y del mañana. Aquellas que identifiquen oportunidades de creación de valor integral ahora, disfrutarán de la ventaja de ir un paso por delante. Las empresas que se anticipen a las necesidades de transición y a la forma de atender las emisiones de alcance 3 mediante mecanismos como el internet de las cosas (Internet of Things, IoT), alianzas y financiamiento, serán las que podrán aumentar sus ganancias y participación de mercado y también las que podrán atraer más talento e inversionistas”.

Facilitadores tecnológicos y de financiamiento

Las empresas de energía también reconocen que la colaboración a todo lo largo de la cadena de valor y con una diversidad de socios, tanto financieros como técnicos, será fundamental para aumentar la escala de su transición energética.

Se identificó a los gobiernos y socios tecnológicos como las fuentes de apoyo externo más significativas. De hecho, 45% de las grandes empresas de energía reciben apoyo considerable de sus socios tecnológicos, y más de una tercera parte aprecian el apoyo que reciben de instituciones de la industria y de consultores ambientales.

Las empresas de energía también consideran a los desarrollos tecnológicos como el principal impulsor de la transición hacia cero emisiones netas en los últimos 12 meses. Las empresas de Medio Oriente se mostraron especialmente optimistas con respecto al panorama energético: 88% considera que las tecnologías clave ya están disponibles, y más de la mitad considera que ya se están adoptando. “Podemos ver cómo la transición se lleva a cabo de formas diferentes en distintas partes del mundo. La confianza en la disponibilidad de tecnologías clave de empresas del Medio Oriente podría estar reflejando su fuerte enfoque en energías solares y eólicas rentables, mientras que el enfoque en nuevas tecnologías en otras partes del mundo es posible que esté puesto en soluciones menos establecidas, aun en fase de desarrollo”, señala Seb Henbest.

El financiamiento constituye un gran obstáculo. Casi la mitad (47%) de las empresas que aún no se han comprometido con un plan de transición indican que lo que las frena son los elevados costos. Incluso las empresas de energía que se califican a sí mismas como progresivas, que cuentan con un plan específico de reporte, no pueden comprometerse con realizar más acciones por los elevados costos y por la falta de financiamiento.

La fuente de financiación preferida depende del tipo, tamaño y ubicación de la empresa. Para las compañías eléctricas, la financiación pública es especialmente importante, probablemente para apoyar la actualización de las redes eléctricas para manejar mejor el mayor uso de energía renovable. Las empresas en Asia y Medio Oriente también tienen más probabilidades de depender de la financiación pública.

45%
de las grandes empresas energéticas afirma recibir un apoyo significativo de sus socios tecnológicos

El capital privado y el capital de riesgo son especialmente valiosos para las empresas más grandes: la mitad de las empresas de energía más grandes de la encuesta dicen que la financiación de PE y VC es importante para sus planes net zero.

"El papel de la innovación en la transición energética es absolutamente primordial”, dice Henbest. “El sector necesita movilizar financiamiento de etapa temprana para llevar nuevas tecnologías al mercado, así como financiamiento de proyectos e infraestructura para entregarlos a escala. Lo que resulta alentador de la encuesta es que más del 40% de las grandes corporaciones con ingresos de 2,500 millones de dólares también están financiando flujos de innovación vertical a través de PE y VC para incubar y traer estas tecnologías en línea como parte de su cartera, lo que debería agregar valor de mercado, junto con la reducción de carbono".

Banca en transición

Los bancos también son una valiosa fuente de financiación y apoyo para las empresas en transición, en particular para las empresas de rápido crecimiento, con finanzas sostenibles que respaldan amplios planes de transición (43%) y transformación empresarial (39%).

Las empresas de energía consideran que la financiación para la transición es el servicio más importante que reciben de los bancos, y muchas expresaron un gran interés en una financiación más amplia relacionada con la sostenibilidad, incluidos los instrumentos comerciales y la financiación de la cadena de suministro sostenible en un futuro próximo. Los servicios no financieros también se están volviendo más relevantes: las empresas más grandes están particularmente interesadas en explorar la investigación, los servicios de asesoramiento y la mayoría de las empresas están interesadas en nuevas herramientas de transición de valor agregado.

“Las instituciones financieras deben trabajar en asociación con sus clientes para respaldar la transición cero emisiones netas y descarbonizar sus propias carteras, a través de la financiación, la facilitación y la mitigación de riesgos”, explica Blyth.

Ella ve que los bancos juegan un papel más importante en la transición energética a medida que las empresas avanzan hacia sus propias metas de cero emisiones netas. “Los bancos deberán ir más allá de la financiación, pero apoyar a las empresas, en particular a las pequeñas y medianas empresas, con servicios de valor agregado, como calculadoras de carbono, servicios de divulgación e integración de la cadena de suministro a través de servicios de datos y certificación”.

Las asociaciones están emergiendo como un componente crucial del sector, ya que las empresas, los gobiernos y los bancos destacan que la colaboración es clave. En HSBC nos hemos comprometido a resolver algunos de los desafíos más difíciles del sector con alianzas. Por ejemplo, nuestra participación en Breakthrough Energy Catalyst, donde hemos invertido 100 millones de USD para respaldar la inversión y la ampliación de esas tecnologías climáticas realmente importantes: captura directa de aire, hidrógeno limpio, almacenamiento de energía de larga duración y combustible de aviación sostenible.

Hoy financiamos una serie de industrias que contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Tenemos una estrategia para ayudar a nuestros clientes a reducir sus emisiones y las nuestras. Para obtener más información, visita www.hsbc.com/sustainability